Templando lonjas

A veces, la vida nos da sorpresas de esas que ni por sueños las esperamos. Encontrar a mi amigo Mic dejando un comentario, me resultó algo insólito y sumamente inesperado. Es que en verdad, es de esos chicos que te lo imaginas poniéndose un casco antes de empezar a navegar por internet, porque piensa que ser un internauta tiene sus riesgos y un meteorito cibernético podría partirle la cabeza en dos. Me equivoqué. No solo se atrevió a enfrentarse a una pc, sino que me dejó un comentario, y eso, me pone la bocota llena de dientes de tan grande sonrisa.

Claro, seguramente estoy hablando de bocona que soy y porque tengo una imagen prediseñada de él. Siempre lo veo en la vuelta, con amigos, canturreando por la calle, haciendo changas muy inquieto, pero sobre todo, dándole a los tambores que son su pasión.

A mí también me gustan los tambores, escuchar su repique, ponerme a candombear,y algo que me estremece es cuando templan las lonjas al calor del fuego.

Muchas veces le pedí a Mic que me enseñara a golpetear como lo hace él, pero sin ningún éxito, no porque él no quiera enseñarme, sino porque soy una pésima alumna.

Acá dejo un videito para entretenimiento y conocimiento, con una figura emblemática de mi país: Ruben Rada. Yo me divertí un rato, es una practicamente una clase de tambores y sonidos.

Bueno, a Mic un gracias por compartir y por ser ese michocolatito tan querido.

Va una confesión, ya que andamos en cuestiones del candombe. Desde chica soñaba con salir en una comparsa con uno de esos trajes llenos de plumas, moviendo las caderas a todo ritmo. La naturaleza muy sabia me dotó de vergüenza y sentido estético, así que se libraron todos de ver mi poco proporcionado cuerpo (patas flacas y caderas anchas) agitandose por ahí.

Esto es todo por hoy.

¡Saludos!

o Jorgelina o
¡Un bravo a la Loquis por su merecido triunfo!